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El Monasterio de Santa María de Pedralbes y la basílica de los Santos Mártires Justo y Pastor son los dos únicos templos catalanes que acogen misas polifónicas, donde la música juega un papel tan importante como el oficio en sí. Este tipo de celebraciones religiosas, que tienen largo recorrido en países como Alemania o Austria, se arman con las obras de los autores del Renacimiento, compuestas expresamente para la liturgia. Johann Sebastian Bach, Joseph Haydn, Stabat Mater, Giovanni Pierluigi da Palestrina, Francisco Guerrero… “La música del siglo XVI fue pensada para ser cantada durante la misa”, explica Mireia Barrera, directora del coro Barcelona Ars Nova.

Coro profesional

La asociación surgió en 2012 por iniciativa de un grupo de intelectuales barceloneses que crearon un conjunto vocal propio formado por cantantes profesionales que colaboran en los mejores coros de cámara europeos. Desde entonces, cada temporada programa cinco misas polifónicas entre octubre y mayo. “Su principal característica – apunta Barrera – es que la música que se canta es siempre del mismo autor y se inserta en la parte de la liturgia que corresponde”. Después del saludo litúrgico, en el Kyrie, o tras la homilía, por ejemplo. En total, una hora y media de ceremonia, entre lecturas y música.

Aunque misas cantadas hay muchas, las de Pedralbes son únicas. “Nosotros no somos un simple coro que canta, nuestro grupo está formado por autoridades mundiales en la liturgia que cuida mucho la parte ceremonial y la simbólica”, explica la directora de Barcelona Ars Nova, que ganó el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya en 2014. En esta ocasión, el grupo de amigas – con Maria Dolors a la cabeza – y el resto de asistentes, escucha la Missa brevis Sancti Joannis de Deo de Haydn. Por ser la última sesión de la temporada, el coro se acompaña de los instrumentos de Vespres d’Arnadí, un grupo especializado en la interpretación del repertorio barroco. Lo de ocupar con el sonido de violines, violas y el timbre del órgano el vacío del monasterio es la guinda del pastel de la temporada o como le gusta decir a Barrera, “el colofón” .

Sin descanso

Pero este año, tras cuatro llevando la misa polifónica a Pedralbes – con bastante éxito, por cierto–, el coro Barcelona Ars Nova da un paso hacia delante y aprovecha el verano para recorrer otros escenarios catalanes. “Hace mucho tiempo que lo queríamos hacer, pero necesitábamos un apoyo económico que no teníamos”, admite Barrera. Al final, el proyecto ha conseguido la financiación suficiente para programar durante el mes de julio cinco conciertos – pero sin misa– en diferentes templos de Catalunya. Serán en el monasterio de Sant Daniel de Girona (2 de julio), Pedralbes (3 de julio), Poblet (29 julio), Santa Maria de Ripoll (30 de julio) y la iglesia del antiguo monasterio de Sant Pere de les Puel·les, en Barcelona (31 de julio). El objetivo no es otro que el de llevar la música del coro fuera de los muros de la iglesia y desvincularla por unas semanas del acto religioso en sí.

Con un aplauso alargado y los asistentes puestos en pie finaliza la cuarta temporada. “La ceremonia ha sido una auténtica delicia”, afirma Maria Dolors Blanch, amiga de la otra Maria Dolors, la que les ha descubierto esa misa bien cantada. “El 3 de julio volvemos las tres”, añade entusiasmada. “Me ha encantado, me ha encantado. Qué me dices de la soprano, la que ha interpretado como solista… Menuda voz...”, sentencia, buscando la mirada cómplice de sus dos acompañantes. El templo se vacía, pero sus muros aún desprenden melodía.