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CRÍTICA

Un francés imprescindible en Montserrat

20/6/2018 |

 

Programa: Juan de la Rubia i l'Orquestra Sinfònica Camera Musicae

Lloc i dia:Monestir de Montserrat

Juan de la Rubia inauguró el festival internacional de órgano con un brillante concierto de Poulenc junto a la Orquestra Sinfònica Camera Musicae. Dos obras religiosas de Mozart completaron el programa de la inauguración al que se sumó el Cor de Cambra Francesc Valls y solistas

Francia ha tenido a lo largo de su historia una gran escuela de órgano. Naturalmente con altibajos. A finales del siglo XIX el órgano romántico, con compositores como Cesar Franck, dio nueva vida a la música para dicho instrumento tras un periodo de poco interés. Esta nueva vida se consolidaría en el siglo XX con compositores como Olivier Messiaen, Marcel Dupré, Jehan Alain, Charles Tournemire, Gaston Litaize o Jean Langlais. Desde su creación en el 2011, el Festival Internacional Orgue de Montserrat ha ofrecido música de todos estos autores. Pero faltaba algo importante del legado francés.

Para inaugurar la actual edición ha presentado una obra casi imprescindible en un festival dedicado a este instrumento, el ‘Concierto para órgano, orquesta de cuerda y timbales’ de Francis Poulenc. Lo de imprescindible no resulta del hecho que este compositor creara muchas obras para este instrumento. El órgano apenas figura en su catálogo. Lo que convierte este concierto en una obra indispensable en un festival como el de Montserrat es su gran riqueza compositiva y la perfecta fusión sinfónica con las cuerdas y timbales de la orquesta.

Si como dice el abad Josep M. Soler, el festival tiene la voluntad de colaborar con entidades civiles, de explorar nuevas posibilidades sonoras y artísticas que den cabida a gustos, sensibilidades y públicos distintos, la obra de Poulenc es más que adecuada. El concierto no es una obra de música sacra, aunque el mismo compositor decía que estaba en la orilla.

Compuesto entre 1936 y 1938 por encargo de la princesa Edmond de Polignac, su estreno en su salón parisino reunió a dos de los grandes de la música francesa del momento, al organista y también compositor Maurice Duruflé como solista y a la gran Nadia Boulanger, a la batuta.

La interpretación de este concierto en Montserrat contó con un gran elemento, con el hermoso y nítido sonido del órgano Blancafort y, con un intérprete de lujo, el organista Juan de la Rubia, atento a toda la finura de la partitura y a la amalgama del instrumento con la orquesta compuesta en este caso por la sección de cuerda y timbales de la formación sinfónica Camera Musicae bajo la batuta de Salvador Mas. En poco más de diez años, esta orquesta, cuyo director titular y artístico es Tomàs Grau, ha conseguido situarse de manera muy sólida en el panorama musical catalán.

Mozart religioso
Completó el concierto inaugural una obra de Mozart, ‘Vesperae solennes de Confessore’ alternadas con dos ‘Sonate da Chiesa’ del mismo compositor, curiosamente poco conocidas. En esta parte actuó la orquesta Camera Musicae al completo, el Cor de Cambra Francesc Valls, que dirige Pere Lluís Biosca, y los solistas Irene Mas (soprano), Gemma Coma-Alabert (contralto), Roger Padullés (tenor) y Sebastià Peris (bajo). De la Rubia interpretó al órgano la parte solista de las dos sonatas. Algunos momentos de las 'Vísperas', compuestas en 1780, parecían un aperitivo de lo que después serían algunas de sus grandes óperas.

Acabado el concierto hubo bis. Fue una de las vísperas acabadas de interpretar, la ‘Laudate Dominum’ para coro y soprano en la que Irene Mas mostró nuevamente su bella voz y su gran calidad interpretativa ante un público siempre atento y silencioso que llenaba la basílica.

El concierto tuvo lugar el 16 de junio.


Rosa Massagué
El Periódico de Catalunya

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