Kauffman indicó –en la rueda de prensa que ofreció nada más aterrizar– que este tipo de actuación «es más difícil que un papel completo», porque debe saltar de uno a otro compositor y mostrar registros completamente diferentes. «Es un reto», destacó Kaufmann, pero la gala lírica «es más agradable para el público, especialmente para aquellos que no son tan aficionados a la ópera». Gracias a estos espectáculos, opinó, se puede transmitir al público las ganas de ir más al teatro. El acompañamiento musical en el concierto del Festival de Peralada correrá a cargo de la Orquesta de Cadaqués dirigida por Jochen Rieder, «un viejo amigo», señaló el alemán.
El concierto de Peralada será el único de Kaufmann en España este año. El cantante, considerado por la crítica «el tenor del momento», trató ayer de quitarse esa etiqueta de encima: «No deseo ser el tenor del momento, sino un tenor a largo plazo», algo que depende de «tomar las decisiones correctas y tener suerte», reconoció. Kaufmann reveló que sus próximos papeles serán de Verdi y que irá «paso a paso» hasta conseguir la experiencia que necesita para «cantarlo todo».
El artista realizó una defensa apasionada de la ópera y se mostró partidario de adaptarla a los nuevos tiempos, eso sí, sin perder su origen:«No todo debe ser transgresor y brutal ni se debe hacer algo totalmente diferente para satisfacer el ego de algunos directores», señaló. Sobre el futuro de la ópera, Kaufmann se mostró preocupado ante los recortes en educación, y aseguró: «Si los recortes se hacen de esta manera, se está afectando al futuro de las nuevas generaciones, y entonces no irá nadie a los museos de aquí a veinte años».