15/2/2004 |
El 11 de febrero de 1994 escribía la primera columna de esta serie convertida en cita semanal a lo largo de diez años. Se titulaba “Sentimientos y sensatez” y estaba dedicada a un Liceo recién incendiado. Durante este tiempo, el insufrible Beckmesser y yo hemos venido alternándonos en informar, comentar y opinar de los muchos acontecimientos musicales vividos. Han sido diez años objetivamente interesantísimos. Se reabrieron Real y Liceo, se inauguraron otros muchos centros como Las Palmas, Tenerife, Pamplona, Bilbao, etc, se crearon o afianzaron innumerables orquestas, desaparecieron algunos de los compositores, artistas y críticos –permítanme que recuerde con mucho cariño a Fernández Cid– más representativos del siglo, otros muchos surgieron a la fama, he conocido a políticos de raza dirigiendo nuestra cultura y a otros de medio pelo, afortunadamente desaparecidos hasta del olvido. Con toda probabilidad han sido los diez años más llenos de acontecimientos de cuantos he vivido y quienes hemos estado trabajando en y con ellos no nos hemos aburrrido.
Gonzalo Alonso
El Cultural