El festival hizo un primer intento para llevarlo en 1984, pero por problemas de agenda Ribera no pudo venir a Sant Feliu. De hecho, hace unos 30 años que no volvía al pueblo que le vio crecer. Ya desde el año pasado, ayuntamiento y pianista habían acordado encontrar un día en el mes de julio para poder hacer un concierto en el marco del festival.
Para una noche tan especial como la de hoy, Ribera ha escogido un repertorio romántico. "He tocado mucha música moderna pero a mi edad me volviendo más romántico", ha reconocido. El concierto ha comenzado con la sonata de Beethoven titulada La Tormenta y que se inspira en el drama de Shakespeare. Ribera ha reconocido ser un apasionado del compositor. La primera parte se ha completado con otras obras de Mendelssohn.
Para la segunda parte, el pianista ha escogido la obra Seis consolaciones de Liszt y el concierto se ha cerrado con la Sonatina de Ravel, una obra impresionista.
Una dilatada y reconocida carrera en el extranjero
Fascinado por la música, a los seis años inició estudios de solfeo y piano. En 1954, después de unas oposiciones y ante un tribunal presidido por Ígor Stravinski, obtuvo el ingreso en el Royal College of Music de Londres, donde un año más tarde debutó como profesional.
A partir de 1960 se trasladó a Suecia, donde, además de su vertiente de intérprete, dirigió dos cátedras de piano, una en el Conservatorio de Estocolmo y la otra en la Universidad de Gotemburgo. En los años 80 se trasladó a vivir a Dinamarca y se jubiló en 2007, después de dirigir el departamento de piano de la Real Academia de Música de Dinamarca en Copenhague durante 25 años (ahora es profesor emérito). Por su particular contribución a las artes, se le otorgó en 1992 la Cruz de Dannebrog. Cada verano dirige las Tel-Hai International Piano Master Clases en Hvide Sande (Dinamarca) y Tel Aviv (Israel) donde tiene, desde 1976, una avenida con su nombre.