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En el nombre de Wagner

13/6/2018 |

 

El recién creado Club Wagner nace con vocación de aglutinar la pasión barcelonesa por el compositor alemán

Una placa roja bien visible indica que en algún lugar detrás de esta puerta se encuentra el Club Wagner, el recién creado Club Wagner; la puerta corresponde al 209 de la calle de València, corazón de la Esquerra del Eixample, entre Balmes y Enric Granados. Se llama al timbre y enseguida sale a abrir Manel Bertran, hombre vinculado al Liceu de tiempo ha y un apasionado del compositor alemán ("después de Jesucristo, probablemente el personaje histórico del que más se ha escrito es Wagner", dice) que conduce al visitante por detrás de la caja del ascensor, un giro a la izquierda, otro, hasta llegar al sótano. Allí, otra puerta con otra placa reafirma la inminencia del club. Todo este asunto espacial es importante. Las puertas, las placas, la vuelta al ascensor son un prólogo. El Club Wagner aspira a convertirse en eje de la pasión barcelonesa por el autor de 'La Valquiria', de 'Parsifal', de 'Tristán e Isolda'. Aspira a ser el lugar donde la gente irá a escucharlo y a hablar de él. No puede ser un sótano más. Debe ser un sótano wagneriano.

"Barcelona es una ciudad potente a nivel wagneriano; es un pedigrí que tenemos", dice Manel Bertran
¿Y qué es exactamente un sótano wagneriano? Uno, por ejemplo, en el que una de las paredes está decorada con pequeños bustos del compositor mandados a hacer ex profeso para el lugar. Uno presidido por la majestad de un piano alemán. Uno en el que la división entre los dos espacios principales es una puerta de vidrio pintada con una partitura wagneriana. Uno en el que descansa en el suelo un retrato de Wagner que un espontáneo se acercó un día a regalar. Uno en el que suena Wagner, naturalmente. "Aquí el tiempo se convierte en espacio" es el lema del club, una cita de Parsifal que define en muchos aspectos la personalidad del lugar.

Filias contagiosas
Inaugurado el pasado 22 de mayo, el Club Wagner es el punto –el espacio– donde ha desembocado la pasión que Bertran ha cultivado durante años por el compositor alemán. "A Wagner llegas si no te quedas en el camino", dice este ingeniero, empresario y miembro de la asociación Amics del Liceu, una de esas personas gobernadas por el deseo de contagiar sus filias a los demás. "Siempre he sido un loco de la música y siempre he intentado arrastrar a la gente hacia lo que me gusta, sobre todo lo que me gusta apasionadamente". Wagner pertenece a esa categoría.

La decoración de la sede del club es completamente wagneriana
Si se ha de poner un inicio a esta historia se ha de volver la vista hacia el 2003. Entonces, con ocasión de la programación de una obra de Wagner en el teatro barcelonés, a Bertran le dio un ataque de amor wagneriano y tentó a nueve artistas con la idea de pintar un cuadro inspirado en 'La Valquiria'. El título –era la única condición– debía ser una frase de la obra. La iniciativa desembocó en una muestra, 'Visiones sobre La Valquiria', que visitó varias salas de exposición y que hoy forma parte de la decoración del club. "La pasión iba in crescendo", dice Bertran, y poco después derivó en la creación del Grupo Wagner en el seno de Amics del Liceu, también iniciativa suya. Con el tiempo, Bertran se ha convertido en uno de los grandes especialistas de Wagner en la ciudad. Y resulta que ser especialista de Wagner en Barcelona no es lo mismo que serlo en otro lugar. Es casi una responsabilidad.

'Parsifal' en Barcelona
"Barcelona es, ha sido y será siempre una ciudad wagneriana", sentencia el padre del Club Wagner. Hay pruebas que lo sustentan. La historia de 'Parsifal', por ejemplo, que fue estrenada en 1882 en el Festival de Bayreuth. "Al cabo de 30 años caducaban los derechos y todos los teatros de Europa estaban preparados para hacer su propio estreno, pero en Barcelona se aprovecharon de que entonces había diferencia horaria para programarla una hora antes. Eso solo lo hace una ciudad wagneriana". Otra circunstancia que subraya Bertran: que Barcelona "es la única ciudad a la que el Festival de Bayreuth ha venido dos veces, en 1955 y en el 2012". "Allí se sabe que es una ciudad potente a nivel wagneriano. Es un pedigrí que tenemos", dice.

El Club Wagner se prepara para su primer gran evento después de la inauguración. Tendrá lugar este sábado, la Marató Wagner: todo un día dedicado a Wagner. Documentales, conferencias, películas, por supuesto música. Se ha de querer mucho al alemán. O querer quererlo.

Mauricio Bernal
El Periódico de Catalunya

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