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Tosca: Delante de ella podía temblar toda Roma

3/12/2019 |

 

Celosa, posesiva, caprichosa, enamorada. El personaje de la ópera de Puccini es uno de los de mayor caracter que compuso, un dulce envenenado para la voz de soprano y un exponente del verismo. Callas lo hizo suyo. Caballé lo bordó. Anna Netrebko abre el día 7 la temporada de La Scala con esta mujer poderosa

La superstición es uno de los grandes virus del italiano, más si se dedica a las artes escénicas, y aquel 14 de enero de 1900 no corrían buenos presagios. Giacomo Puccini se enfrentaba a su gran día, el estreno de su Tosca, pero a los intérpretes les temblaban ligeramente las piernas ante las cartas anónimas en las que les amenazaban con lanzar una bomba en el Teatro Costanzi de Roma. Se acababa de estrenar el siglo y, además de los grandes festejos, era un momento para los anónimos y las bombas, qué se le va a hacer. El público no era ajeno a ello, la función empezó entre murmullos y al cuarto de hora hubo que parar ante la confusión generalizada. Por suerte, solo eran unos cuantos espectadores que habían llegado tarde, por lo que la obra llegó hasta el final sin daños mayores.

A Puccini le gustaban las mujeres. Tanto que pidió que lo enterraran el día que no estuviera enamorado. Pero no era el empoderamiento –que diríamos hoy– de sus musas en escena lo que ponía en riesgo su gran ópera. Los autores de las amenazas podían ser más bien grupos de detractores del compositor. Se trata únicamente de rumorología de la época, pero había sucedido ya contra Toscanini, por ejemplo.

Más probable es la hipótesis de que la presencia de la Reina Margarita de Saboya en el teatro incendiara el ánimo de los anarquistas. Porque 1900 era también tiempo de revolucionarios violentos. El caso es que Tosca no fue recibida con las mejores críticas hace más de un siglo, pero ahora que la historia juzgará nuestros días como los años del feminismo, no había mejor título con el que inaugurar la temporada de ópera de La Scala que el de esta obra.

Mujer justiciera
Tosca será, por tanto, la protagonista de este 7 de diciembre, el día en el que Milán se rinde a la lírica, como viene ocurriendo desde 1778. Los directores del teatro están haciendo una relectura de los grandes compositores italianos durante los últimos años y tras elegir «Attila» de Giuseppe Verdi en 2018, esta vez le toca a Puccini.

Lo que empieza a ser sospechoso es que en las obras elegidas el papel de la protagonista encaje tan bien con la mujer que se alza ante las injusticias, como se respira hoy. De la Odabella que asesina a Attila a la Tosca que liquida a Scarpia cuando éste intenta abusar de ella. Ayer en la rueda de Prensa de presentación, el director, Davide Livermore, reconoció que «se trata de una historia atemporal», pero que ellos no hacen «crónica, sino arte».

Pero quién dice que el arte no es crónica de su tiempo. Y aunque Tosca conviviera con las tropas napoleónicas del 1800 y fuera ideada en una Italia convulsa de un siglo más tarde, la encargada de representarla esta vez es otra mujer de armas tomar. Anna Netrebko, la diva entre las divas, que como buena diva no se presentó al encuentro con los medios, con la única disculpa del director artístico, Alex Pereira, que la excusó.

Ella, que a estas alturas canta lo que le apetece y habla cuando quiere, reconoció en una entrevista previamente pactada con «Il Corriere della Sera» que al principio Tosca no le resultaba «simpática». «Demasiado histérica, demasiado por encima de todo. Demasiado diva. Tenía tantos clichés que el riesgo de llegar al ridículo era grande. Después, cantándola noche tras noche, empecé a apreciarla y a ver que Tosca además de diva es una mujer».

Todo esto dicho por la mayor estrella de la ópera de nuestros días. Que, para ser justos, es más que probablemente la mejor soprano que puede cantar a la heroína de Puccini. La gran dama rusa viene de interpretar a Floria Tosca en el Metropolitan y para ella será la cuarta apertura en La Scala.

A su sombra estará esta vez Saioa Hernández, que el año pasado hizo historia al convertirse en la primera española en levantar el telón un 7 de diciembre en Milán, y que esta vez será la protagonista en las últimas tres réplicas de la ópera. Todo un triunfo para quien se está labrando una carrera cada día más sólida en los grandes teatros internacionales. En el papel de Cavaradossi estará el tenor italiano Francesco Meli, otro joven pero consolidado cantante, que ya ha hecho dueto en otras ocasiones con Netrebko.

La última de Pereira
Será la última ópera de Alexander Pereira, que dejará la dirección de La Scala en unos días; una ocasión más para que el director de orquesta Riccardo Chailly se empape con la musicalidad de Puccini; y el bis de Livermore como director. El heterodoxo artista, que ha sido escenógrafo, actor o coreógrafo (amén de estar al frente de la dirección artística del Palau de Les Arts), sorprendió el año pasado con una revisión de Verdi en la que hubo hueco en el escenario para caballos, bayonetas y proyecciones de vídeo.

El resultado fue teatralmente espectacular y hasta resultó aceptable para los más puristas. Este año promete comportarse mejor y solamente anticipa un Castel Sant’Angelo onírico en la escena final del fusilamiento. Se trata de «Tosca», una de las óperas más representadas de todos los tiempos, por lo que esto último no debería pasar por un «spoiler».

Ya dijo el crítico Fedele D’Amico, uno de los más grandes de la lírica italiana, que de entre «Salomé o Electra, se debería encontrar la valentía para que un día u otro sea nombrada Floria Tosca como la primera en la lista» de las mujeres aguerridas de la historia. Quién sabe si con el rostro de la bella Netrebko cantando aquello del «delante de él temblaba toda Roma» mientras apuñala al temido jefe de la policía.

El ascenso imparable de Saioa Hernández
Saioa Hernández pasa del papel protagonista a escoltar a Anna Netrebko en el cartel de Tosca. Suyas serán las últimas tres réplicas programadas para los primeros días de enero y un tour que La Scala llevará a Japón. «Como conocemos tan bien esta ópera, a veces la interpretamos de forma algo superficial. Pero esta ocasión representa un modo de profundizar en ella», dijo la soprano madrileña en rueda de Prensa. Tras su histórico debut en Milán el año pasado, la pupila de Montserrat Caballé se ha asentado en este teatro. Además de su papel en «Tosca», esta temporada interpretará en La Scala «Un baile de máscaras», «La Gioconda» y participará en una gala del 50 aniversario del debut en escena de Domingo. 

Ismael Monzón
La Razón

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