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El Liceu hace públicos sus anales con un generoso anecdotario

23/1/2020 |

 

De momento ya está al alcance la base de datos digital de los últimos 20 años

¿Quién ha cantado el papel de Aida en el Liceu? ¿Quién ha bisado a lo largo de la historia del teatro en la ópera Lucia di Lammermoor ? ¿Con qué reparto trabajaba Calixto Bieito en su escandaloso Don Giovanni del 2002? Todos estos datos que en principio debería tener cualquier teatro de ópera que cuenta con una trayectoria centenaria como la del Liceu están, por fin, al alcance de todo el mundo en la web del coliseo de la Rambla. El teatro ha decidido “profesionalizar” su archivo y diseñar una revolucionaria base de datos.

Revolucionaria porque, a pesar de haberse mirado en la que ya tienen la Royal Opera House de Londres o la Met de Nueva York, la idiosincrasia de la información y las fuentes con las que cuenta el Liceu han obligado a ser más ambiciosos. Por qué conformarse con nombres y fechas pudiendo contar además anécdotas que rodearon producciones o funciones.

“El arte efímero que es la ópera se concentra en esta herramienta digital hecha en casa”, afirma el director general del teatro, Valentí Oviedo. “Herramienta colaborativa, pues los abonados pueden aportar detalles que recuerden”.

El secreto está en la figura de Jaume Tribó, maestro apuntador e investigador a título personal, que cuando llegó al teatro en 1975 no soportó la idea de ignorar detalles de las actuaciones de grandes como Caruso. Fue así como comenzó a recopilar, e incluso se le publicó en soporte físico de papel una pequeña parte muy resumida.

“Soy un fetichista del Liceu, es la cosa que más quiero. Y he ido recogiendo datos, anécdotas (la Caballé las tiene todas) y accidentes: el tropezón de Éva Marton en Tosca con Joan Pons; el de Véronique Gens en el Don Giovanni del 2002; la rotura de voz de Daniela Dessi en “O patria mia” de Aida (me pidió que saliera a rescatarla diciendo que se había ‘roto el tobillo’)...”

A todo ello hay que añadir la aportación del archivo histórico de la Sociedad de antiguos propietarios que gestiona la UAB y que anualmente amplia sus registros.

Por el momento, y con motivo del 20º aniversario de la reapertura del teatro, salen online los anales con los programas de mano de los últimos 20 años y toda la información artística y el material gráfico, en su mayor parte del fotógrafo Antoni Bofill, un año más joven que Tribó y con la misma trayectoria en el Gran Teatre. Y desde este momento y hasta la celebración del 175º aniversario, en el 2022, se prevé abrir gradualmente el resto de temporadas hasta llegar al publicar todo el legado artístico y cultural, desde el nacimiento de la sala en 1847.

La cuenta atrás se irá abordando, así, desde el año que se quemó hasta la reconstrucción; del año en que se creó el Consorcio (1981) hasta el incendio; desde el fin de la Guerra Civil hasta la muerte del último empresario, Joan Antoni Pàmias (1980); el periodo de la guerra; desde la bomba Orsini (1894) hasta la guerra; desde la inauguración del segundo edificio (1862) hasta la caída de la bomba; y desde la inauguración del teatro hasta su primer incendio, en 1861.

“Lo interesante es que una vez en la página de búsqueda(liceubarcelona.cat/ca/annals-del-liceu) la consulta está pensada para todo tipo de usuarios, gente especializada o simplemente curiosos. Tenemos digitalizado hasta 1977, y lo ilustramos con escenografías, figurines, etc.”, apunta Elena Escobar, responsable del archivo del teatro. Se puede desde buscar por palabras clave –título, compañía, etc.– hasta consultar funciones a través del calendario o por anecdotarios. Y una vez dentro de cada ficha, se abre un océano inmenso de registros relacionados. Así, estos datos introducidos desde 1977 –que van a aumentar a medida que se vayan abriendo temporadas– suman ya un total de16.394 documentos entre programas de mano y fotografías, 9.892 profesionales relacionados con los espectáculos y funciones (compositores, libretistas, solistas, figurantes...), 4.944 roles operísticos; 20.912 funciones y 722 obras. En total casi tres millones de registros relacionales.

“Se ha intentado fragmentar la búsqueda a fin de que se pueda ir linkando , como si fuera una Wikipedia con alma, pues vamos incorporando el anecdotario de Jaume Tribó con ese espíritu colaborativo que lo hace especial, pues se ha ido construyendo con la generosidad de todas las partes”, añade Oviedo. El director general confía en que los fondos Feder europeos les auspicien con el 50% del gasto que este archivo conlleve. Para ello, no obstante, deben demostrar que cuentan con el 100% del capital. Y ahí es cuando empieza la búsqueda de dinero público y privado que crea en esta aventura necesaria. 

Maricel Chavarría
La Vanguardia