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Enquesta

Ariodante, un festín barroco en vísperas de Fallas

9/3/2022 |

 

https://www.elmundo.es/cultura/musica/2022/03/08/6227862421efa055298b45b0.html

El Palau de les Arts valenciano continúa su temporada con brillantez con la presentación del dramma per musica de Georg Friedrich Händel en una sobresaliente coproducción entre el Festival de Aix-en-Provence, la Dutch National Opera, la Canadian Opera Company y la Opera de Chicago.

La obra pertenece a las piezas del compositor que podríamos calificar de híbridas. Desde una perspectiva dramatúrgica actual se trataría de una mezcla entre la comedia de enredo o vodevil, y el melodrama romántico con final feliz, con algún toque de moralidad póstuma, pues al final, cuando el malvado inevitable ha sido descartado tras un oportuno duelo, el equívoco resuelto y los amantes reconciliados, se produce una agrupación de los personajes, todos buenos, para congratularse de que el amor haya triunfado y la fidelidad, a la que suelen llamar con la palabra italiana "costanza", resulte restablecida con el optimismo añadido de que todas las virtudes felices perdurarán.

Richard Jones ha ambientado el reino medieval de Escocia en una pensión donde el esquemático argumento se desarrolla, para despliegue de la música que, como exige el estilo conocido como barroco, se ocupa de analizar lo que cada uno piensa, siente, barrunta o teme, en una riqueza de invención que prolonga las arias, duetos y tercetos, con tiempo para que un hábil director teatral como es Jones aproveche para enriquecer la acción que tiende al estatismo con poderosas imágenes, tanto en el movimiento y relación entre las figuras como en un sutil y muy intencionado juego de luces.

Se consigue así un muy sólido artefacto escénico para que los intérpretes puedan acometer su doble cometido de cantar y actuar, lo que el nutrido reparto cumple con excelencia, capitaneado por la magnífica mezzo Ekaterina Vorontsava, espléndidamente secundada por todos los demás. La Orquesta de la Comunitat Valenciana no ha disminuida su óptima calidad, y la batuta de Andrea Marcon desentraña la música atendiendo a una sonoridad que se desentiende sensatamente de cualquier prurito historicista, con lo que puede tener de catacúmbico, demostrando que este bello cuento, estrenado en el Covent Garden lodinense el 8 de enero de 1975, sigue pimpante en sus bellezas y en su capacidad para despertar las más variadas emociones en un público que agradeció las cuatro horas de festín barroco como exquisito preludio que anticipa las inminentes Fallas. 

ÁLVARO DEL AMO
El Mundo