1/10/2004 |
La activísima vida musical francesa ofrece en los próximos días dos espectáculos de interés que presentan sendas nuevas producciones. El primero, en el Théatre du Châtelet, dependiente del Ayuntamiento de la ciudad, el tándem compuesto por el director de orquesta Marc Minwkoski, con sus Musiciens du Louvre, y el de escena, Laurent Pelly, apuesta desde el martes por su cuarta colaboración dedicada al repertorio de Offenbach con una pieza muy simpática y de gran efecto: La Grande Duchesse de Gérolstein. Después de los éxitos obtenidos con Orfeo en los infiernos para la Ópera de Lyon, La bella Helena (en la imagen) también en el Châtelet y Los cuentos de Hoffmann en la Ópera de Lausanne, Minkowski y Pelly apuestan por esta “opera comique” menos conocida del gran público pero de similar calidad, con un reparto en el destaca la británica Felicity Lott que aspira a reverdecer el éxito que tuvo en su momento con La bella Helena. A su lado Sandrine Piau, François Le Roux y Yann Beureon. A menos de un kilómetro, la Ópera de la Bastilla estrena su segunda producción de San Francisco de Asís de Olivier Messiaen, encargada en esta ocasión al director de escena Stanislav Nordey. En el foso se contará con Sylvain Cambreling, un habitual colaborador de Gérard Mortier, máximo responsable de la Opera de París. Los tres protagonistas correrán a cargo de tres figuras de solidez: la soprano alemana Christine Schäfer, el barítono belga José van Dam, que fue quien dio vida al santo en su primera representación hace dos décadas y el tenor norteamericano Chris Merritt.
El Cultural