Hallan en Filadelfia una partitura manuscrita de Beethoven, «perdida» hace más de un siglo
14/10/2005 |
Limpiando este verano viejos archivadores en un seminario protestante a las afueras de Washington, la bibliotecaria Heather Carbo ha realizado el descubrimiento musical de la década: una partitura manuscrita de Ludwig van Beethoven «perdida» desde que fuera subastada en Berlín hace 115 años. Las ochenta páginas rescatadas corresponden a la revolucionaria composición para piano «Grosse Fuge», realizada por el genial músico alemán durante los últimos meses de su vida, cuando ya se encontraba completamente sordo.
Mucho más interesado en financiación que en guardar joyas musicológicas, el Seminario Palmer se ha puesto de acuerdo con la sala de subastas Sotheby´s para rentabilizar este casual hallazgo. Tras ser exhibido en Nueva York entre el 16 y el 19 de noviembre, la excepcional pieza será vendida al mejor postor en Londres el primero de diciembre, con estimaciones que oscilan entre 1,4 y 2,1 millones de euros.
Según ha explicado Stephen Roe, responsable del departamento de manuscritos de Sotheby´s, este original de Beethoven fue catalogado en 1890 con una breve descripción, pero desde entonces no ha sido visto o descrito por ningún especialista en el músico romántico germano. Con un evidente interés en su comisión, Sotheby´s no ha dudado en promover esta pieza como «el más largo y más importante» documento que haya aparecido en el mercado en la memoria reciente.
Esta joya de Beethoven fue detectada el pasado mes de julio, cuando la bibliotecaria Heather Carbo se encontraba ejecutando un laborioso y sucio proyecto de inventario en los archivos del Seminario Palmer. La mujer encontró la partitura en el último armario que estaba inspeccionando en los sótanos del centro religioso que lo debió recibir en donación hace cincuenta años como parte del legado de un industrial de Ohio para establecer una capilla. Según ha explicado la señora Carbo al «New York Times», «estaba ahí, en la repisa, sin más». Escrito en tinta negra y marrón, a veces sobre trazos originales en lápiz y con anotaciones posteriores en rojo, la pieza ilustra el obsesivo e intensivo método de trabajo de Beethoven.
En algunas partes, las correcciones se amontonan hasta casi dañar el papel original. El documento arroja luz sobre el enorme esfuerzo musical para reconvertir un cuarteto de cuerda tan complejo como polémico en un admirado dueto para piano.
Pedro Rodríguez
Abc