Mozart, vida breve, obra eterna
27/1/2006 |
Salzburgo festeja a su compositor con una exposición y varios conciertos.
Tal día como hoy hace 250 años vino al mundo en Salzburgo uno de los tres - Bach y Beethoven son los otros dos- más grandes genios de la historia de la música: Wolfgang Amadeus Mozart. Las celebraciones se abren oficialmente hoy con, entre otras actividades, un acto social y musical en la sala grande de los festivales de Salzburgo, presidido por el presidente de Austria, Heinz Fischer; un concierto final a cargo de Harnoncourt y la Filarmónica de Viena, y la apertura al público de ¡Viva Mozart!, una exposición dedicada al músico y su época.
El segundo foco de atracción de la jornada es Viena. Allí habrá también varios conciertos, se estrenará un nuevo Idomeneo y se inaugurará la ampliación de la Casa de Mozart.
La exposición ¡Viva Mozart!, con un presupuesto de cerca de dos millones de euros, se ha instalado en la nueva sede del Salzburger Museum Carolino Augusteum (SMCA), a menos de cien metros de la casa natal de Mozart y en el número 1 de la Mozartplatz.
La muestra mezcla tecnologías multimedia con 309 objetos de época - incluidos algunos que pertenecieron al propio Mozart- cedidos por 29 instituciones o coleccionistas, entre ellos la reina de Inglaterra, que ha prestado uno de los manuscritos de obras de Mozart que posee, el de la primera pieza de encargo que realizó, a los once años.
Otra gran joya de la exposición es un manuscrito más antiguo aún: el de su obra catalogada como Opus 1, que, según una nota a pie de página escrita por la hermana del genio, Nannerl, fue compuesta por éste a los cinco años, aunque algunos expertos creen que la escribió a los ocho años, tras haber compuesto ya otras.
El Opus 1 se exhibe en la primera de las doce estancias de la exposición. En ella figura también el registro de la catedral de Salzburgo de 1756, donde se puede leer que Mozart fue bautizado sólo un día después de nacer. Las prisas las marcaban las plagas y la falta de higiene: antes de Wolfgang, sus padres tuvieron otros seis hijos, de los que sólo vivió Nannerl: el propio Mozart engendró seis vástagos de los que sólo dos sobrevivieron a la infancia.
En la estancia dedicada a su familia hay algunas de las 1.198 cartas que se conservan - del propio músico o de otros familiares- o una de las primeras ediciones del manual para tocar el violín escrito por su adorado padre y único maestro. Otra zona está dedicada a sus tres amores: su mujer Constanze, una hermana de ésta a la que amó primero y una prima de la que parece claro que fue el amante, pues se conservan algunas cartas bastantes subidas de tono.
Hay sendos espacios dedicados a dos de las distracciones favoritas de Mozart: el baile y los juegos. En el primero - adornado con vestidos de época o un manual sobre el lenguaje secreto del abanico- una joven enseña a bailar el minué, y en el segundo se puede practicar el tiro con carabina de aire.
Tras el espacio dedicado a la creación musical (véase el recuadro), sigue la estancia de manuscritos y otra de relax: sentado en penumbra se puede escuchar la que Mozart creía su mejor obra: el atípico Quinteto KV 452. En la zona final, una instalación informa de los libros que se han escrito sobre Mozart - ¡unos 20.000!- y se pueden escuchar fragmentos de una suite musical de homenaje creada por ocho compositores contemporáneos a partir de un pasaje de Don Giovanni.
Marino Rodríguez
La Vanguardia