El Palau rindió homenaje al maestro Cristòfor Taltabull
28/1/2006 |
El Palau de la Música ofreció el jueves un necesario homenaje al compositor Cristòfor Taltabull, maestro que fue recordado por el Cor de Cambra, con Elisenda Arquimbau (mezzo), Marc Pujol (bajo) y Jordi Armengol (piano), y cuyas obras serán llevadas felizmente al disco.
El pianista de Vázquez Montalbán describe de maravilla esa gris Barcelona de posguerra a la que Cristòfor Taltabull llegó en 1940. Una ciudad que, no obstante, gozaría de la presencia de tres de los mejores músicos españoles del siglo: Eduard Toldrà, Frederic Mompou y el más joven Xavier Montsalvatge, un lujo para la Europa de entonces. "El maestro Taltabull constituía una especie de isla en un mar confuso, donde la opinión predominante estaba determinada por un tradicionalismo exagerado….", dice Xavier Benguerel, a quien guió sus pasos de joven compositor en la Barcelona de los años cincuenta. "Tuvo la gran virtud de permitir a cada uno de sus discípulos que siguiese su camino. Nunca trató de imponernos sus gustos o sus ideas; guiaba y quizá insinuaba, pero no recuerdo que nunca quisiera someternos a sus puntos de vista".
Taltabull murió en 1960. No dejó mucha obra escrita, ya que no parecía alentarle demasiado el ser considerado compositor; Josep Soler comentaba que alguna de sus partituras fue hallada olvidada detrás del piano. La suya es música de indudable sello catalán, que pudimos escuchar en estupenda interpretación del Cor de Cambra del Palau dirigido por Jordi Casas. Sorprendente el Cant de maig con letra de Joan Maragall, o el Madrigal y la bella Comiat de l´ànima.
A casi medio siglo de su muerte se van rescatando del olvido aportaciones como la Sonatina para piano, que dedicó a Max Reger o las Cançons xineses, en poesía de Josep Carner.
Jorge de Persia
La Vanguardia