La ONE, a velocidad de crucero
17/4/2006 |
Los últimos meses han supuesto para la Orquesta Nacional de España un periodo de cambios. La desconvocatoria de la huelga, el regreso a RNE, su participación en la Semana Religiosa de Cuenca, la primera mujer concertino de su historia... La parte musical y la laboral parecen estar en sintonía.
La labor de Pons ha estado en el objetivo de melómanos y de la prensa
«La orquesta ya cuenta en la primera división del panorama internacional».
Durante los últimos años hablar de la Orquesta y Coro Nacionales de España ha sido sinónimo de problemas, y a no pocos se les erizaba el vello con sólo mencionar su nombre. Parecía un barco a la deriva, sin capitán y con rebelión a bordo, cuyo botín se disputaban abiertamente la Administración y los medios de comunicación. Sin embargo, en los últimos meses parece que su rumbo se ha corregido de manera importante.
El primer giro de timón le correspondió a la ministra de Cultura Pilar del Castillo cuando eligió como patrón de barco, puesto vacante desde 1994, a uno de los grandes directores de orquesta y gestores del panorama español, Josep Pons. Mérito que se le puede subarrendar al director catalán, pues no muchos habrían optado por achicar agua en una nave que no cesa de hundirse. Se han cumplido ya tres años desde su nombramiento, y el barco parece estabilizarse y tener marcado un rumbo claro, y muy ambicioso.
A puerta cerrada
El mérito no es sólo de Pons, que tuvo que enfrentarse a una huelga y a los recurrentes problemas laborales que un real decreto no pudo resolver. Con el cambio de partido en el Gobierno, llegaron también los nuevos nombramientos. El problema sin resolver volvía a caer en otras manos, quizá las que mejor lo conocían desde su fondo y su forma. José Antonio Campos se hacía cargo de la dirección del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) y también de las conversaciones con los portavoces del conflicto laboral. La premisa de Campos fue resolver los problemas a puerta cerrada, evitando los ecos mediáticos. Se acusaba a la prensa de «criminalizar a la orquesta», y así era imposible alcanzar el entendimiento. Era preciso crear un clima de confianza. Paso a paso, las tensiones dejaron espacio al diálogo, y, en diciembre de 2005, se firmaba un armisticio que se tradujo en la desconvocatoria de la huelga. Parecía una señal, pero todavía quedaban muchos puntos por resolver. La meta siguiente será ver cómo se enmarca la OCNE dentro de la nueva Agencia, que sustituirá al Inaem, y que verá la luz en 2007.
Pero, mientras esto sucede, poco a poco se resuelven algunos aspectos, como la suspensión de las retransmisiones de los conciertos en Radio Clásica (RNE). Cuatro años de silencio que por fin se rompieron, el último fin de semana de marzo, y que se irán normalizando «paulatinamente» hasta que vuelvan a ser emitidos todos los programas en directo. El primero, de momento, ha tenido lugar coincidiendo con la inauguración en la Semana Religiosa de Cuenca, evento en el que tampoco participaban desde hacía varias décadas.
Si antes algunas de las principales citas musicales preferían prescindir de la agrupación por las complicaciones añadidas que suponía (horarios, dietas...), parece que este punto también se está corrigiendo. La siguiente cita será en el próximo Festival Internacional de Música y Danza de Granada.
SUSANA GAVIÑA
Abc